No cal ser filòleg per reconéixer l’etimologia catalana de Florida, als Estats Units. Si hagués estat una descoberta de Castella es diria Florecida. Aquesta catalanitat inicial va reaparéixer dos segles més tard d'haver estat silenciada. L'any 1768, coincidint que Florida i Menorca eren dos territoris sota domini britànic, van arribar a Florida un miler de menorquins per treballar a les plantacions d’un terratinent local, sir Andrew Turnbull. Aquests dies ha aparegut a LA VANGUARDIA un article que es fa ressò d’aquesta petjada menorquina, i busca què en queda.
San Agustín, en la costa atlántica de Florida, fue fundado por los españoles en 1565 y es el asentamiento europeo más antiguo de los actuales Estados Unidos.
EUSEBIO VAL - LA VANGUARDIA - 3 de Gener de 2009Jeffrey Edel no sabe castellano, pero se ha aprendido de memoria el ritual de los artilleros españoles del siglo XVIII. “¡Bendíganos santa Bárbara!”, grita Edel antes de disparar un cañón, para deleite de los turistas, desde el castillo de San Marcos, monumento nacional estadounidense.
El guía, vestido con el uniforme de un infante de Marina de 1740, explica con orgullo que esta fortaleza nunca fue tomada por la fuerza, gracias al coraje de los militares españoles y a los gruesos muros de coquina (piedra local, mezcla de arena y conchas de moluscos), que absorbía los proyectiles enemigos sin que se quebrara la estructura.
San Agustín, en la costa atlántica de Florida, es el asentamiento europeo permanente más antiguo de los actuales Estados Unidos. Lo fundó el almirante español Pedro Menéndez de Avilés en 1565. En su mitología nacional, los estadounidenses veneran Jamestown, en Virginia, creado en 1607, y el desembarco de los peregrinos del Mayflower en Plymouth (Massachusetts), en 1620. Pero es mucho menos conocido que San Agustín les precedióyha estado poblado de forma ininterrumpida desde entonces.
Dos familias, los Solano y los Sánchez, aseguran ser descendientes de los primeros españoles que se instalaron en la ciudad. Pero en realidad la huella humana es esencialmente menorquina, debido a un episodio histórico muy curioso. En 1768, durante un breve periodo de dominio británico de Florida –que coincidió con la época en que Menorca también era inglesa– llegaron a estas tierras más de un millar de menorquines. Formaban parte de un contingente de trabajadores, de las Baleares y otras islas mediterráneas, contratados por un terrateniente, sir Andrew Turnbull, para trabajar en su plantación de índigo. Las condiciones eran muy duras, tanto que se les llamó los negros de Turnbull. Nueve años después, los supervivientes huyeron y se refugiaron en San Agustín. Se calcula que en la región viven todavía unas 15.000 personas de origen menorquín. Son estadounidenses que se apellidan Seguí, Benet, Pellicer, Usina (derivado de Alsina), Villalonga… Han pasado 10 o 12 generaciones. La lengua se ha perdido, pero en algunas familias se conserva la tradición de preparar fromajadas –un pastel de queso– y unarroz marinero parecido a la paella. Cada año, el segundo sábado de marzo, se celebra una fiesta con trajes tradicionales.
Carol López Bradshaw es la actual presidenta de la Menorcan Cultural Society. Vive en la casa que construyeron sus abuelos menorquines, en 1878. “Estoy muy orgullosademi origenyme dedicoamantener viva la historia y la cultura”, señala. López Bradshaw puntualiza que el nombre original de su familia era Llopis, pero quedó castellanizado por el camino. Ella lamenta que su identidad quedara disuelta en el magma estadounidense, en parte porque quienes vinieron eran gente analfabeta, muy limitada para legar la cultura a sus descendientes, y en parte porque, durante años, no estaba de moda reivindicar la identidad menorquina.
Otra peculiaridad histórica de San Agustín es que los españoles dieron refugio –y libertad–, en Fort Mose, a esclavos negros que huían de la vecina Georgia. En vísperas de que Obama tome posesión como primer presidente afroamericano, es justo recordar que, mucho antes que Abraham Lincoln, fue la Florida española la que ofreció el primer refugio en suelo norteamericano a la esclavizada población negra.
FONT: Diari La Vanguardia
El guía, vestido con el uniforme de un infante de Marina de 1740, explica con orgullo que esta fortaleza nunca fue tomada por la fuerza, gracias al coraje de los militares españoles y a los gruesos muros de coquina (piedra local, mezcla de arena y conchas de moluscos), que absorbía los proyectiles enemigos sin que se quebrara la estructura.
San Agustín, en la costa atlántica de Florida, es el asentamiento europeo permanente más antiguo de los actuales Estados Unidos. Lo fundó el almirante español Pedro Menéndez de Avilés en 1565. En su mitología nacional, los estadounidenses veneran Jamestown, en Virginia, creado en 1607, y el desembarco de los peregrinos del Mayflower en Plymouth (Massachusetts), en 1620. Pero es mucho menos conocido que San Agustín les precedióyha estado poblado de forma ininterrumpida desde entonces.
Dos familias, los Solano y los Sánchez, aseguran ser descendientes de los primeros españoles que se instalaron en la ciudad. Pero en realidad la huella humana es esencialmente menorquina, debido a un episodio histórico muy curioso. En 1768, durante un breve periodo de dominio británico de Florida –que coincidió con la época en que Menorca también era inglesa– llegaron a estas tierras más de un millar de menorquines. Formaban parte de un contingente de trabajadores, de las Baleares y otras islas mediterráneas, contratados por un terrateniente, sir Andrew Turnbull, para trabajar en su plantación de índigo. Las condiciones eran muy duras, tanto que se les llamó los negros de Turnbull. Nueve años después, los supervivientes huyeron y se refugiaron en San Agustín. Se calcula que en la región viven todavía unas 15.000 personas de origen menorquín. Son estadounidenses que se apellidan Seguí, Benet, Pellicer, Usina (derivado de Alsina), Villalonga… Han pasado 10 o 12 generaciones. La lengua se ha perdido, pero en algunas familias se conserva la tradición de preparar fromajadas –un pastel de queso– y unarroz marinero parecido a la paella. Cada año, el segundo sábado de marzo, se celebra una fiesta con trajes tradicionales.
Carol López Bradshaw es la actual presidenta de la Menorcan Cultural Society. Vive en la casa que construyeron sus abuelos menorquines, en 1878. “Estoy muy orgullosademi origenyme dedicoamantener viva la historia y la cultura”, señala. López Bradshaw puntualiza que el nombre original de su familia era Llopis, pero quedó castellanizado por el camino. Ella lamenta que su identidad quedara disuelta en el magma estadounidense, en parte porque quienes vinieron eran gente analfabeta, muy limitada para legar la cultura a sus descendientes, y en parte porque, durante años, no estaba de moda reivindicar la identidad menorquina.
Otra peculiaridad histórica de San Agustín es que los españoles dieron refugio –y libertad–, en Fort Mose, a esclavos negros que huían de la vecina Georgia. En vísperas de que Obama tome posesión como primer presidente afroamericano, es justo recordar que, mucho antes que Abraham Lincoln, fue la Florida española la que ofreció el primer refugio en suelo norteamericano a la esclavizada población negra.
FONT: Diari La Vanguardia